El libro que se presenta aquí constituye un estudio riguroso e innovador de uno de los sofistas griegos más interesante del movimiento cultural denominado la “Segunda Sofística”: Flavius Philostratus, que vivió entre finales del s. II y comienzos del s. III d.C., y formó parte del grupo de intelectuales cercanos a la emperatriz Julia Domna, esposa de Septimio Severo. Sus obras reflejan un interés activo en la historia cultural del mundo griego y utiliza el pasado griego como una forma para preservar el presente de su época, es decir, el Imperio Romano. Desde esta perspectiva, su obra La Vida de Apolonio de Tiana constituye una fuente relevante de información sobre las percepciones que Roma tenía de los griegos. Destacan en el texto dos objetivos fundamentales, entre otros: por un lado, el contacto del protagonista de la obra, un θε?ος ?ν?ρ, con diversos pueblos de la parte greco-oriental, integrados en el Imperio Romano, y otros pueblos no griegos pero con profundas influencias de la cultura griega, como persas, indianos, egipcios; y por otra parte, la relación de Apolonio con algunos emperadores romanos, presentándose ante ellos como filósofo-consejero real. En este sentido se trata de una obra con finalidad política que analiza las relaciones de poder entre el gobierno romano imperial y los pueblos del interior y del exterior a dicho Estado, resaltando no sólo el proceso romanizador llevado a cabo por Roma sino enfatizando sobre todo la importancia de la cultura griega en dicho proceso y su carácter identitario. Filóstrato manifiesta de forma excesiva la superioridad de la cultura griega y es a través de ella cómo articula la relación entre cultura y poder. Era consciente de que políticamente el mundo vivía bajo el poder del Imperio romano, pero culturalmente vivía aun bajo los parámetros de la paideia griega.
Aunque el libro puede encuadrarse en los estudios de la llamada Nueva Historia Cultural, la autora como historiadora no tiene más remedio que analizar textos de historiadores como Herodiano y Dión Casio, para comprender el contexto histórico en el que actúa el protagonista, en su recreación filostratea. Los interesantes análisis que Semíramis hace de sus obras contribuyen a una mejor comprensión de la época de los emperadores Severos y de los debates historiográficos que tuvieron lugar entre diversos sofistas sobre poder romano, identidades, fronteras y representaciones.